Sobre candidatos y escenarios iniciales.
1. Análisis crítico
Tanto
la crítica como la autocrítica, son una escuela. La crítica es algo que no
todos aceptamos, y los que la aceptamos, muchas veces lo hacemos a
regañadientes. El análisis crítico es una reivindicación de años desde la
izquierda. Pero muchas veces es justamente la propia izquierda que tiene temor
de analizar la realidad con una mirada crítica. Aquellos que dejan de lado el
pensamiento y el análisis crítico, tienen una alta probabilidad que tarde o
temprano mueran ahogados con su corbata.
Para
quienes no aceptan el análisis crítico, sea porque cuidan un puestito de
trabajo, o sea porque se dejan llevar solo por la pasión, este análisis les
parecerá una locura y posiblemente se “paren de cabeza”, como los hinchas de
fútbol que no aceptan comentarios contrarios a su equipo. Por lo tanto les
aconsejaría dejar de leer ya en este párrafo. Si, aunque sea con dudas, aceptan
un análisis crítico, pueden seguir leyendo, aunque no aspiro a que estén de
acuerdo.
2. Rafael Correa candidato
Faltan
dos años para las elecciones presidenciales y ya se empiezan a mover las
frutas en las distintas canastas. Obviamente, el escenario electoral será uno
si el presidente Rafael Correa finalmente es candidato y otro si no lo es. En
todo caso, mirando en perspectiva, el único que puede mantener totalmente unida
Alianza País y otros sectores que le dan aire de pluralidad en un frente
político-social común al gobierno, es Correa.
Pero
más allá de su figura, el escenario de las próximas elecciones no será el mismo
que el de las anteriores. A nivel objetivo y subjetivo de la sociedad hay
cambios importantes que ya se expresaron en las elecciones locales del año
pasado y se han ido consolidando. Por lo tanto será una elección diferente, en
la cual el resultado ya no dependerá solamente del arrastre del presidente.
Será necesario un candidato a vicepresidente o vicepresidenta que le aporte una
buena imagen en la Sierra para contrarrestar cierto cansancio que se nota en
aumento, en especial en Quito.
Una
cosa es la popularidad, la aceptación del presidente y de su gobierno, otra es
que realmente se llegue al voto. Hasta la elección presidencial anterior la
popularidad se correspondía con el voto. Ahora ha subido el porcentaje de gente
que piensa que Rafael Correa ha sido un buen presidente y ha hecho un buen
gobierno, pero no votaría por él. Eso, en parte se corresponde con el
corrimiento de aquellos que pensaban que había sido un “muy buen” gobierno
hasta hace algunos meses y ahora piensan que solo ha sido “buen” gobierno.
Parece que de a poco se está conformando un voto duro contra que es necesario
tenerlo en cuenta y analizarlo más detenidamente.
En
todo caso, incluso siendo el mejor candidato, en estos dos años el presidente
debería reposicionarse en algunos sectores y para eso debería primero volver a
tener respuesta política que ya hace tiempo no la tiene. Para eso necesita otro
tipo de comunicación y otro tipo de estrategia política.
La
comunicación gubernamental actual está agotada. Si bien fue muy importante
hasta hace poco, ahora ya no lo es. Por otra parte, desde el gobierno se nota
falta de reflexión política, que le lleva a no analizar escenarios, y falta de
creatividad en dar respuestas políticas acordes a hechos políticos
determinados.
Esa
falta de respuesta política, lleva a veces a enfrentamientos sin sentido. Una
cosa son los enfrentamientos propios y necesarios en la disputa política, otra
son los enfrentamientos que solo sirven para desgastar al presidente y al
propio gobierno.
La
única respuesta política consistente fue desde Alianza País la creación del
frente político y social con diversos sectores. Más allá de la
representatividad de cada uno de los que integran ese frente, simbólicamente
muestra amplitud de apoyo por fuera del gobierno. La otra respuesta ha sido una
mayor consolidación del movimiento, con nueva estructura, elecciones internas y
mayor presencia real nacional.
Sin
embargo, no hay respuesta política desde el ejecutivo, no la hay desde la
Asamblea, no hay respuesta desde los poderes locales del gobierno y no hay
respuesta desde los sectores políticos y sociales que están con el gobierno,
incluso el discurso del propio presidente se nota desgastado. Todos esperan que
la respuesta llegue del presidente y no hay una respuesta propia.
Hacer
un acto para repetir discursos, llevar gente a ese acto, decir que se hizo por
el país lo que no hizo nadie, ya no significa lo que significaba antes. En
realidad significa muy poco si no hay detrás de eso una respuesta política que,
a su vez genere hechos políticos.
Por
eso, incluso siendo candidato Rafael Correa, ahora, para bien o para mal, la
candidatura vicepresidencial y el primer lugar de asambleístas, tendrá la
importancia que antes no tenía. Seguramente hay algunos y algunas que sueñan
con ser candidatos, todos tienen derecho a soñar, pero es distinto que le
aporten algo nuevo al presidente.
En
se sentido, la mejor fórmula electoral sigue siendo con Lenin Moreno que, tal
vez, es el candidato que más le aportaría en ese sentido. Si no es de
vicepresidente, por lo menos encabezando la lista de asambleístas. Algunos
pueden decir que esto es inviable porque ya se le menciona como posible opción
presidencial ante la posible deserción del presidente. Sin embargo, si es
opción presidencial por el “proyecto político” también podría ser opción
vicepresidencial por el “proyecto político”.
Lo
interesante de Lenin Moreno es que además de una valoración positiva, no
tiene un juicio negativo del electorado en su contra.
3.Guillermo Lasso Candidato
Es
un potencial candidato a la Presidencia en este 2017, Creo que uno de los
problemas de nuestro país son sus élites. Muchos dicen que el pueblo no
sabe elegir, cuando lo que pasa es que las elites no saben proponer. Las
elites ecuatorianas, de izquierda y de derecha, sindicales y empresariales, de
los medios y las iglesias, tienen que repensarse, repensar el Ecuador y
entender que no se puede trabajar solo por el interés particular de cada grupo.
Las élites no
son conscientes de que son responsables de la realidad actual. Están
ensimismadas pensando en qué Ecuador es mejor para sus intereses
particulares, pero no en un Ecuador mejor para todos. Deben mejorar su
capacidad de análisis, de diálogo y trabajo concertado en torno a propuestas
serias.
Solo
en ese Ecuador mejor, esos grupos van a poder cumplir sus intereses
particulares y contribuir a un crecimiento equitativo.
4. Lenin Moreno candidato
Más
allá de integrar una posible fórmula, el ex vicepresidente es, sin duda, el
único candidato gubernamental después de Correa con opción de victoria. Claro
está, que una cosa es la popularidad y el cariño que le pueda demostrar la
gente y otra que finalmente vote por él.
En
todo caso, si Lenin Moreno logra encausar en su respaldo a todos los sectores
de Alianza País y a todo el frente que respalda al presidente, tiene un
candidato vicepresidencial que le aporte en la costa y encabeza la lista
nacional de asambleístas un candidato con representatividad propia -no
inventado o inventada- , sería un presidenciable muy fuerte.
Sin
embargo, si la candidatura provoca fisuras en Alianza País y en el frente que
apoya al gobierno, la realidad puede ser otra. En ese sentido, si Rafael Correa
no quiere ser candidato a presidente pero quiere salvar el “proyecto político”
una opción que le queda es encabezar la lista nacional de asambleístas. Sería
una fórmula casi imbatible.
5. Ramiro González candidato
Si
la candidatura de Lenin Moreno produce fisuras en Alianza País y en el
frente que apoya al presidente, una candidatura surgida del mismo sector que se
perfilaría con buenas posibilidades es la de Ramiro González. Si bien ahora
muchos no la visualizan, con algunas movidas políticas puede transformarse en
una candidatura fuerte y con chance.
González
podría ser un presidenciable de trascendencia, incluso frente a Lenin Moreno
si: logra unificar un frente nacional -algo que de alguna manera ya lo ha ido
armando a través de presencia local y provincial-; si a ese frente logra sumarle
otros sectores y personalidades que actualmente respaldan al gobierno; si la
nueva Izquierda Democrática liderada por el ex presidente Rodrigo Borja se
consolida como espacio socialdemócrata por fuera del gobierno y le da su
respaldo en una especie de frente socialdemócrata; si fortalece una alianza con
parte de Pachakutik y otros sectores con presencia local como se dio en las
elecciones para alcaldes y prefectos; si logra un candidato vicepresidencial
que le aporte y ayude a posicionar en la Costa.
6. Nebot, Rodas y Carrasco en alianza
Conocedor
de las distintas opciones y los posibles escenarios, por el lado de la derecha,
Jaime Durán Barba está intentando armar un frente que muestre amplitud política
y una pluralidad social para consolidar un “proyecto político” que se oponga al
del gobierno. Es en ese sentido se da el intento de juntar a Jaime Nebot,
Mauricio Rodas y Paúl Carrasco, a los cuales asesora.
En
realidad la apuesta de Durán es fortalecer la imagen de Rodas con un apoyo por
derecha de Nebot y por “izquierda” de Carrasco. Si bien Carrasco aspira a ser
presidenciable, me da la impresión que Durán Barba tiene otra propuesta para
él.
Parece
que a Carrasco le han hecho creer que con los eventos juntos, se irá haciendo
conocer a nivel nacional, ya que actualmente es una figura muy local. Si bien
es verdad que pueden servirle para posicionarse nacionalmente un poco, puede
ocurrir también que solo quede la imagen de un seguidor de Rodas y Nebot.
Para
los alcaldes de Quito y Guayaquil, en cambio, la figura de Carrasco les sirve
para limpiar la imagen negativa y mostrar una capacidad de integración y
diálogo por “izquierda”. Por otro lado, el prefecto azuayo ayuda a limpiar la
imagen negativa de Nebot en la Sierra y a posicionar a Rodas en Azuay. La idea
es mostrar izquierda con Carrasco, centro con Rodas y derecha con Nebot,
juntos, con capacidad de reconciliar al país y darle estabilidad.
Si
eso finalmente cuaja con un candidato como Rodas, con el apoyo directo de Nebot
participando como candidato a alguna dignidad importante -sea encabezando lista
nacional de asambleístas o alguna otra opción-; con Carrasco también como
candidato a alguna dignidad importante; armando un frente de diversos sectores
políticos y sociales de la Sierra, Costa y Amazonía y trabajando desde los
poderes locales que manejan; se podría transformar en una opción con muy buena
chance de disputar la presidencia.
Muchos
dirán que Rodas se ha desgastado en poco tiempo, que Carrasco es local y Nebot
muy cuestionado en la Sierra. Pero hay que analizar las cifras de encuestas
regionales y los imaginarios para entender que simbólicamente una alianza de
este tipo, sumados otros sectores y figuras, puede lograr amplia llegada en
diversos ámbitos.
En
fin, se trata de un análisis inicial, falta profundizar en distintos
aspectos. En futuros artículos iré integrando otros elementos necesarios para
ir construyendo un análisis global más completo hacia las próximas elecciones
presidenciales.